¿Se debe retirar Raúl como jugador de balonmano?
Acaban de publicar el equipo ideal del último Campeonato de Europa. Voy a hacer un análisis del balonmano de Entrerríos porque extraña no verle en ese podium. Y como parece que esta cerca su retirada, a todos los enamorados de este deporte nos sale cantarle una y otra vez la letra de la sevillana de Los del Río “Algo se muere en el alma”, sobre todo cuando dice “no te vayas todavía, no te vayas por favor …..”.
Seguramente es una decisión en la que varias partes deben fijar sus posiciones, pero al menos nos queda la posibilidad a los que le seguimos de mostrarle un reconocimiento sobradamente merecido por lo que ha aportado, sigue aportando y podría seguir aportando al balonmano.
Su retirada del terreno de juego va a ser muy difícil de cubrir. Es uno de los jugadores más completos que existen actualmente en el panorama internacional. Resulta complicado entender cómo no está regularmente en las listas de equipos ideales o MVP de los torneos. Esto sólo puede ser entendible porque la humildad que trasmite haya impregnado a los que deciden esos nominados y hayan pensado que podían ofenderle con esos reconocimientos.
No quiero que mi opinión se entienda como algo subjetivo. Dentro de la línea que sigo en mi blog, quiero fundamentar este reconocimiento en lo que debería ser un análisis del balonmano individual de cualquier jugador.
La potencialidad individual del central #hispano
En el curso Análisis del juego en balonmano se exponen los aspectos que deben tenerse en cuenta para valorar la calidad individual de un jugador. En este análisis del balonmano de Entrerríos aplicaré esa metodología.
Se distinguen tres posibles potencialidades. Hay jugadores que son muy buenos en unos aspectos, pero su capacidad disminuye en otros de manera sustancial. No es el caso de Raúl Entrerríos.
La primera de ellas sería la potencialidad individual que tiene esa persona por sí sola. Es el peligro que genera de cara a portería un jugador cuando está en posesión del balón. Esta potencialidad puede ser medida en tres aspectos: la capacidad de lanzamiento, la capacidad de penetración y la riqueza de acciones dentro del ciclo de pasos.
Analizando el comportamiento de nuestro central asturiano no cuesta reconocer que estaría en el sobresaliente en todos los aspectos. No es un lanzador a distancia, pero su capacidad para reconocer el momento de intervención adecuado hace que su lanzamiento entre líneas amenace constantemente a los defensores. Donde es un verdadero maestro (probablemente el mejor del mundo) es en el uso del ciclo de pasos. Es capaz de realizar fintas de pase, de movimiento, de lanzamiento, respondiendo continuamente a las respuestas defensivas, logrando una de sus mayores virtudes, la capacidad de penetración. Por tanto, la potencialidad individual de Raúl está fuera de toda duda.
La potencialidad colectiva que hace crecer al equipo
El segundo aspecto a considerar en el análisis individual de un jugador de balonmano es la potencialidad colectiva. Es la capacidad de generar peligro a través de las acciones colectivas con los compañeros, como pueden ser las fijaciones de los defensores en beneficio de otro jugador, los cruces, las asistencias, etc. Si el anterior apartado lo podemos calificar de sobresaliente alto, en este no cabe otra nota que no sea la matrícula de honor. Si algo resalta en este jugador es su capacidad para leer el juego y generar situaciones ventajosas para beneficio de otro compañero. Son constantes sus fijaciones de impares que provocan una superioridad, sus pases imposibles a pivotes o extremos que les habilitan para una clara ocasión de gol. Y podríamos seguir con un amplio catálogo de acciones. Es de esos jugadores que hacen mejores a los jugadores que le rodean.
La potencialidad individual para no dejar mal a los compañeros
Y por último está la potencialidad finalizadora, entendiendo esta como la capacidad que tiene un jugador de responder adecuadamente a los desequilibrios que generen otros compañeros. A menudo nos encontramos situaciones en las que un atacante consigue fijar al impar defensivo y el compañero colindante realiza una trayectoria que rompe esa ventaja, o jugadores que invaden el puesto que no corresponde, etc. En este aspecto se puede estar seguro que cualquier mínima ventaja que genere un jugador cercano a Raúl va a ser aprovechada adecuadamente, bien para finalizar él mismo la acción o para continuarla generando un mayor desequilibrio.
Bueno en ataque, bueno en defensa
Desde el punto de vista defensivo no son menores sus cualidades. La misma capacidad de lectura y engaño que tiene en las situaciones ofensivas las aplica en la fase defensiva, utilizando a la perfección los momentos de disuasión, apoyo, coberturas y demás medios tácticos defensivos, haciendo de él un jugador importantísimo tanto en ataque como en defensa, aventajando a otros “grandes jugadores” que son especialistas sólo en una de las fases del juego.
El líder silencioso
Pero este análisis del balonmano de Entrerríos no se puede limitar a todos estos merecimientos deportivos. En Raúl se unen todas las cualidades psicológicas que se les exige a un líder. Como esta no es mi especialidad, brindo a los aspectos en la materia a que hagan un análisis fundamentado de su aportación en este ámbito, pero los que hemos tenido la suerte de convivir con él en un equipo y compartir el día a día, tanto dentro como fuera de la pista, no podríamos citar un mal gesto, una mala palabra, un mal comportamiento, un día que entrene si ganas. Siempre ha sido un ejemplo de actitud y esfuerzo, un ejemplo a seguir.
Sólo nos queda hacer como en los grandes conciertos, no parar de aplaudir para exigir uno y otro bis del artista.